LA INDEPENDENCIA DE CHILE
A juicio de algunos autores, éste entre ellos, la idea que un país pudiera elegir independientemente a sus gobernante se desarrolló y materializó en el Virreinato de las Provincias Unidas del Plata –hoy República Argentina- tras las invasiones inglesas de 1806 y 1807 cuando fuerzas rioplatenses derrotaron las tropas inglesas invasoras que al mando del general inglés William Beresford desembarcaron en Quilmes para tomar la ciudad de Buenos Aires.
A principios del siglo XIX Inglaterra necesitaba más mercados para vender sus productos y los países sudamericanos le parecían una buena opción.
El teniente general del ejército británico Thomas Maitland a principios de 1800 redactó y registró en el archivo general de Escocia un escrito con el título de ”Plan para capturar Buenos Aires y Chile y luego emancipar Perú y México”.
Así en 1806 una flota inglesa con 1700 hombres desembarcó y atacó Buenos Aires.
El virrey español Rafael de Sobremonte huyó de Buenos Aires , la defensa de la ciudad fue organizada por el francés Santiago de Liniers también funcionario real. Las fuerzas inglesas fueron derrotadas, y Liniers designado virrey por los bonaerenses.
A otra flota con 4200 hombres al mando del brigadier Robert Craufurd que se dirigía a conquistar Chile se le ordenó regresar sin cumplir ese ataque.
En 1807, 4200 ingleses de nuevo desembarcaron en las orillas del Río de la Plata en otro intento de conquistar Buenos Aires. También esta vez la ciudad fue defendida por las fuerzas rioplatenses de Santiago de Liniers y expulsó a los invasores.
Como consecuencia de estas brillantes acciones militares se empezó a desarrollar en los porteños la idea de gobernarse en forma independiente de las órdenes del gobierno español, al que comenzaron a considerar como un gobierno incapaz de defenderlos. Los bonaerenses nombraron una Junta Central integrada sólo por patriotas y dejaron de obedecer las disposiciones de la Real Audiencia bonaerense. Además en 1808 España fue invadida por las tropas de Napoleón Bonaparte que obligó a abdicar en el rey Fernando VII y designó como reemplazante a su hermano José.
Se piensa que, entre civiles y soldados en esta guerra, hubo alrededor de un millón de bajas españolas. Este gran desgaste imposibilitó que el rey de España, cuando recuperó su trono en 1814, dispusiera de mayores recursos para combatir las tropas de las colonias sublevadas, además Lord Nelson en la batalla de Trafalgar en 1805 había destruido casi toda la flota española.
Diversos autores, también éste, opinan que la invasión napoleónica, los estragos que ésta ocasionó en España y la prisión de Fernando VII, fueron el factor decisivo para la independencia de las naciones hispanoamericanas. Aunque se gobernaron desde 1806 en forma totalmente independiente de España. los rioplatenses no proclamaron su independencia como país hasta 1816, Chile lo hizo en 1818. Otros países como Alto Perú (1809), Venezuela (1812), Ecuador y Colombia sí la proclamaron aunque seguían conquistados.
La idea de independizar el Reino de Chile comenzó a gestarse en los últimos años del siglo dieciocho en Concepción, debido probablemente a los relatos de navegantes europeos y norteamericanos que llegaban y contaban la forma como gobernaba sus países. Así se constituyó muy reservadamente un grupo de jóvenes de buena posición social y de sacerdotes con estudios en Europa que comenzaron a opinar y discutir sobre el tema. Deseaban estos patriotas que Chile pasara a gobernarse como una provincia más de España, sin formar parte o depender del virreinato del Perú o de otro virreinato, aunque reconociendo como gobernante supremo al rey de España. En otras palabras, deseaban solo una autonomía gubernativa.
Esta idea se mantuvo hasta 1802 cuando volvió de Europa don Bernardo O’Higgins que había jurado en 1798 en Londres ante Francisco de Miranda luchar por la Independencia total y absoluta de Chile y de los otros países sudamericanos.
Don Bernardo pronto ingresó al grupo de los autonomistas y dio a conocer su pensamiento: “hacer de Chile un país totalmente independiente con un gobernante designado por los chilenos”: una república, idea que pronto compartieron los integrantes del grupo penquista. Así el pensamiento libertario que comenzara en una fase autonomista, por obra de O´Higgins pasó a la fase independentista.
El primer y más aventajado discípulo de don Bernardo fue don Juan Martínez de Rozas quien al llegar a Santiago difundió, con prudencia, su pensamiento independentista republicano entre algunos santiaguinos y fingiéndole gran amistad y fidelidad al gobernador Francisco García Carrasco, quien siempre lo creyó su mejor amigo, don Juan intencionadamente le dio malos consejos, como lo fue entusiasmarlo con el asalto y saqueo de la nave “Scorpio” y de otras acciones desafortunadas que demolieron en gran parte el ya averiado prestigio del gobernante realista.
A consecuencia del escándalo Martínez de Rozas debió también volver a Concepción.
En julio de 1810 en Santiago de Chile entonces bajo el mando del gobernador realista Francisco Antonio García Carrasco, un grupo de patriotas de las familias más influyentes exigió al gobernador que a una junta de caballeros chilenos, se le permitiera elegir a un chileno para que gobernara al país en nombre del rey de España.
Así 18 de septiembre de 1810 se reunió en Santiago un grupo de notables con el propósito de elegir a ese gobernador. Se designó en esa elección a don Mateo de Toro y Zambrano como gobernador. No se habló ni abierta ni veladamente de independizar al país.
Sólo en enero de 1811 fray Camilo Henríquez publicó un opúsculo intitulado “El chileno instruido” firmado con el pseudónimo Quirino Lemachez donde mencionó que Chile debería tener un gobierno independiente, ser una república. En Santiago el valioso documento se dio a conocer en copias manuscritas. Fue esta la primera vez en que se consideró y dio a conocer abierta y públicamente la posibilidad y la conveniencia de la independencia del país.
En los primeros meses de 1811 una Junta de Gobierno, presidida por Don Juan Martínez de Rozas, dispuso la elección de un Congreso con diputados representantes de las tres provincias del país.
Don Bernardo O´Higgins fue electo diputado por Concepción y desde entonces se radicó en Santiago. El congreso creo la provincia de Coquimbo, decretó la libertad de vientre -los hijos de esclavos nacidos en Chile serian legalmente libres- negó la entrega de fondos chilenos al gobierno español, autorizó el comercio con otras naciones, publicó la ley de cementerios.
En Julio de 1811 llegó a Santiago don José Miguel Carrera Verdugo que anhelaba y declaraba luchar por conseguir la autonomía gubernativa de Chile. Tenía a favor de su gran anhelo que en Chile había ya una Junta de Gobierno que gobernaba con absoluta libertad aunque no se había proclamado formalmente la independencia del país, que O Higgins desde 1802 difundía la idea independentista entre sus amigos y Fray Camilo Henríquez seis meses antes había publicado su encomiable escrito sobre dar a Chile la independencia absoluta y transformarlo en una república.
En septiembre de ese mismo año don José Miguel dio su primer golpe de estado y como resultado se eligió un nuevo congreso con predominio de diputados de tendencia independentista que impuso medidas de significativo progreso para el país. Dos meses después en noviembre dio otro cuartelazo y en diciembre mediante otro golpe tomó el control total del país e impuso la primera dictadura del país y primera también de Sudamérica.
Durante el gobierno de Carrera se establecieron diversas medidas de progreso para el país, entre las más significativas: la creación de una bandera, símbolo que fomentó significativamente la idea independentista entre los chilenos, -idea que Camilo Henríquez diera a conocer en “El chileno instruido”- una escarapela y un escudo nacionales, el establecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos de Norteamérica; un reglamento constitucional, el cual establecía que ninguna ley y medida gubernativa podía imponerse desde el extranjero, disposiciones que significaban veladamente una independencia de gobierno, aunque el reglamento constitucional también declaraba que el gobernante supremo era el amadísimo rey de España. En referencia a lo anterior Carrera en las últimas cartas que escribió al general realista Mariano Osorio en septiembre de 1814 le manifestó que luchaba contra sus tropas para defender las órdenes y voluntad de Fernando VII no cumplidas por Osorio. Si estas frases las escribió el prócer para disfrazar su ideario independentista o si solo pretendió, engañar, aplacar a Osorio y al Virrey, la historia aún no lo decide.
Por desgracia entre 1811 y 1813 cuando el país se gobernaba libremente no se aprovechó la oportunidad de formar un ejército chileno bien abastecido con armas, uniformes, zapatos y otros insumos necesarios para combatir y defender el suelo patrio de los atacantes que vendrían, como ya se había visto en los otros países que pretendían independizarse.
En abril de 1813 tropas realistas desembarcaron en Concepción y avanzaron hacia Santiago para reconquistar todo el país. Carrera, mediante un cuarto golpe de estado había tomado el gobierno de Chile y dirigió la defensa nacional. Fue derrotado en la Batalla de Rancagua, junto a sus hermanos Juan José, Luis y a Bernardo O´Higgins que al mando de sus tropas defendían la ciudad. El general Carrera se fue a Mendoza donde ya se encontraban Bernardo O´Higgins y un grupo de soldados y de patriotas civiles.
A Argentina, llamada entonces Provincias Unidas del Plata le convenía que Chile también se independizara, para eliminar el peligro que tropas realistas cruzaran la cordillera y los atacaran. También al liberar Chile tropas chileno-rioplatenses transportadas en barco desde puertos chilenos podrían atacar al ejército realista del Perú, constante amenaza para los rioplatenses.
En Mendoza, entonces gobernada por el general José de San Martín, se acogió amigablemente a los refugiados chilenos.
En 1815 y 1816, con la amplia cooperación del general Bernardo O´Higgins, el general San Martin, formó el Ejercito de Los Andes - 4000 soldados argentinos, 400 chilenos y alrededor de mil hombres más como personal auxiliar -diversos historiadores diversas cifras- para combatir y expulsar las tropas realistas que dominaban Chile, darle la independencia y asegurar más la independencia rioplatense. Alrededor de 500 a 600 hombres chilenos no se alistaron en el Ejercito Libertador porque esperaban el regreso del general Carrera para enrolarse en el ejército que él formaría.
Entre fines de enero y principios de febrero de 1817 el inmortal Ejército Libertador de Los Andes cruzó la cordillera, enfrentó a las tropas realistas en Chacabuco localidad cercana a Santiago. Los generales José de San Martin –general en Jefe- Bernardo O´Higgins y Miguel Soler encabezaron la hueste chileno-argentina.
El bando patriota consiguió un amplio triunfo con muy pocas bajas patriotas, y un gran número de bajas realistas entre las cuales se contaban oficiales destacados.
El 5 de abril de 1818, en Maipú con el definitivo triunfo chileno en la batalla de ese día se expulsó definitivamente a los realistas de Chile central Bernardo O´Higgins proclamó la independencia de Chile el 12 de febrero de 1818. Ya en marzo de 1817 había comunicado a diversos gobiernos europeos y a los Estados Unidos de América que Chile era un país libre del dominio extranjero
Permanecía aún bajo el control realista Valdivia, la cual fue independizada por Lord Thomas Cochrane en 1820 y Chiloé conquistado en 1826 por el general Ramón Freire tras las batallas de Bellavista, Pudeto y el tratado de Tantauco.
Al respecto del Ejército de Los Andes los no-partidarios de O Higgins sugirieron, luego de promulgada la constitución de 1822 que fijó el límite chileno rioplatense en la cima de las más altas cumbres cordilleranas, perdiendo así Chile un millón de kilómetros cuadrados de Patagonia oriental, que el Director Juan Martín de Pueyrredon había condicionado la ayuda del gobierno rioplatense a la formación del Ejército de Los Andes al reconocimiento, por parte del futuro gobierno chileno, que todo el territorio patagónico (oriental y occidental) pertenecía a las a Provincias del Plata.
O Higgins en la constitución promulgada en 1822 cumplió deliberada o no deliberadamente, la condición tal vez impuesta por el gobernante rioplatense e ignoró los límites que le correspondían a Chile según el “Uti Possedetis”, error que también incorporó a su texto la constitución de 1833. El territorio chileno y el territorio rioplatense estaban perfectamente delimitados en el mapa de Juan Cano y Olmedilla publicado en 1790, que señala cuales territorios eran chilenos y cuales rioplatenses.
Los gobernadores del período colonial no pudieron enviar tropas y colonizadores a los territorios patagónicos orientales durante sus gobiernos, porque las belicosas tribus araucanas ocupantes de los territorios situados entre los ríos Bío Bío y Toltén dificultaban e impedían su paso. A tal extremo que la comunicación de la zona central de Chile con Valdivia se hacía por mar.
A los generales José de San Martin, Bernardo O´Higgins, Ramón Freire y al almirante Lord Thomas Cochrane quienes dirigieron y encabezaron las tropas vencedoras que reconquistaron grandes regiones de territorio, se los llama “ Libertadores” Al general José de San Martin que formó y dirigió el Ejercito de los Andes se lo reconoce y llama ”Libertador de Chile”, así lo llamó el general O´Higgins cuando lo abrazó tras la victoria en el campo de batalla. Al general Bernardo O´Higgins que desde 1802 daba a conocer la idea independentista y formar un país totalmente libre, y como Director Supremo de la nación organizó las estructuras y sistema gubernativo de la nación, se lo llama “Padre de la Patria” y a don Pedro de Valdivia que conquistó Chile y lo incorporó a los territorios conquistados por España en justicia debería llamárselo “Padre de Chile”.
Por supuesto hubo muchos otros héroes que contribuyeron a conseguir la independencia de nuestra nación, entre ellos don Juan Martínez de Rozas. los generales Ramón Freire, Juan Gregorio de las Heras, Manuel Bulnes, Francisco Antonio Pinto, José Miguel, Juan José y Luis Carrera, Manuel Rodríguez, Ignacio Zenteno y los miles de soldados y civiles patriotas que dieron su vida por la independencia de Chile de la cual hemos disfrutado hasta ahora.